Aprender y enseñar en la era digital
Aprender en cualquier momento y en cualquier lugar
Al complejo e ilimitado desarrollo
tecnológico que describimos en nuestra colaboración anterior,
también se le atribuye la denominación de Era digital, porque la
digitalización y la automatización han provocado una profunda
revolución, caracterizada especialmente por la aparición de
innumerables dispositivos electrónicos accesibles y por una
expansión espectacular de las redes telemáticas. A través de ellos,
los sistemas expertos y la inteligencia artificial aumentan
vertiginosamente la interactividad, lo que está posibilitando
infinitas posibilidades para innumerables sectores de la sociedad,
entre ellos y muy principalmente la educación, si sabemos ponerlas
al servicio de la misma.
Además, uno de los rasgos más
importantes de esta "era digital" es, precisamente, la
multiplicación de los espacios y lugares para el aprendizaje. La
movilidad y ubicuidad para el acceso al conocimiento y de los
entornos personales de aprendizaje están siendo ya piezas
fundamentales de los nuevos espacios formativos que se han creado
en esta nueva era, a lo que se denomina "aprendizaje sin fisuras" o
"aprendizaje sin costuras" (seamless learning), el cual se produce
cuando alguien experimenta una continuidad de aprendizaje a través
de una combinación de lugares, tiempos, tecnologías o entornos
sociales.
En la era digital el espacio
tradicional para aprender y enseñar pasa de ser un espacio físico,
un simple lugar, a ser una especie de "espacio/nodo" en el que se
combinan los espacios físicos y los espacios virtuales, a través
del cual el aprendizaje puede producirse en cualquier momento y en
cualquier lugar. La conectividad que lo permite ha alterado no solo
el sentido y la producción del conocimiento, sino también los
espacios y los tiempos del aprendizaje cuestionando, poco a poco,
la organización social que es la escuela.
Sucede, como todos sabemos, que el
acceso a la red se hace cada vez más móvil, demostrado por los
datos de cuota de mercado de los terminales móviles que están
enterrando al teléfono fijo en todo el mundo civilizado. Debido a
ello, el presente y el futuro inmediato del aprendizaje van a estar
mediados por la movilidad y la ubicuidad. Esa capacidad para la
flexibilidad y adaptación a conceptos diversos y en constante
movimiento que son características tan representativas de la era
digital está avanzando geométricamente, ya que cada vez hay más
centros conectados a la red, más profesores interesados en el tema
y más alumnos que llegan a las aulas inmersas en un mundo que
sienten que les pertenece.
Un mundo nuevo reforzado por el que
se denomina "Internet de los objetos" o "Internet de las cosas",
que se refiere al conjunto de objetos del mundo físico conectados a
la Red, que permitirá con total facilidad una enorme cantidad de
tareas. Así será posible que el frigorífico nos avise de la fecha
de caducidad de los alimentos que contiene, que las zapatillas para
hacer deporte registren el ejercicio físico que realicemos cada día
o que el cepillo de dientes nos avise de cualquier pequeña caries y
pida por nosotros cita en el odontólogo. Una revolución en las
relaciones entre los objetos y las personas que, a la vez,
facilitarán infinitas posibilidades de aprendizaje.
Florentino Blázquez Entonado
Profesor Emérito. Coordinador del Programa de Mayores de la Universidad de Extremadura