Nos encontramos ahora justamente en el corazón del problema de muchos jóvenes que han finalizado la educación secundaria, y de muchos padres que desean encontrar la mejor de las oportunidades posibles para sus hijos en la universidad, los estudios universitarios, en una universidad concreta.

Son meses y tiempos de zozobra de preocupación, de puntajes y centésimas para ocupar una plaza al límite entre las ofertadas en una carrera, de una determinada universidad. Porque parece evidente que no todas las universidades son iguales, o no aparecen equiparables para los padres, para los estudiantes, llámense usuarios, clientes, solicitantes, ciudadanos, según la perspectiva que se desee utilizar.

En estos días, sí, en estos mismos días de verano se dirime mucho del futuro de miles de nuestros jóvenes y de sus familias, al menos según sus expectativas iniciales. Unos desean estudiar bioquímica, derecho, educación social, psicología, matemáticas, medicina, fisoterapia, magisterio, económicas, y un extenso listado de posibilidades de profesiones, generalmente parte de la élite social. Para aquellas carreras que tienen establecido un número límite de plazas, que son muchas, el factor discriminatorio es la puntuación final obtenida en la educación secundaria, prueba de selectividad incluida. Y en muchos casos se ha realizado una preinscripción previa según las universidades. Los resultados al final son los de la justicia en la distribución de plazas, la suerte, o el poder del dinero para optar a una universidad u otra, pública o privada.

La prensa de nuestro entorno, por ejemplo, dice en los últimos días de forma reiterada que en la región de Castilla y León la Universidad de Salamanca tiene capacidad de atracción, o prioridad de elección en algo más del 50% de la totalidad de los estudiantes de primer año, respecto a las otras tres universidades públicas existentes ( Burgos, Valladolid, León), y frente a las cinco privadas (U. Pontificia de Salamanca, U. Católica de Avila, M. de Cervantes de Valladolid, Isabel I de Castilla de Burgos, y la empresarial de Segovia). Además, es la universidad española con más capacidad de atracción proporcinal de estudiantes de otras comunidades autónomas y del extranjero, además de los estudiantes "erasmus". Ello nos lleva a preguntarnos por las razones de esa elección libre de preinscripción por parte de los estudiantes de 18 años y sus familias. Y algo parecido podríamos proponer para cualquier ciudad y comunidad autónoma, de España, de Europa o del mundo libre.

¿Por qué se desea optar por una universidad y no por otra? ¿Qué razones intervienen? ¿Es equiparable el problema a los argumentos que sirven a los padres para elegir la escuela primaria y secundaria de sus hijos unos años atrás? ¿Intervienen las razones ideológicas, las geográficas o de proximidad, las económicas o de carestía de las matrículas? ¿Pesa más el juicio de los padres o el de los estudiantes beneficiarios o pacientes? ¿Interviene en la decisión el boca a boca, la imagen tradicional de una universidad y su trayectoria durante años o incluso siglos? ¿Qué papel desempeñan los equipos de orientación de los centros de educación secundaria para la elección de carrera y de universidad? ¿Es más o menos determinante la orientación confesional o laica de una universidad para aceptar o disuadir la presencia como estudiante? ¿Es muy influyente la capacidad de obtención de éxito laboral en función del diploma obtenido en una universidad o en otra? ¿Tiene influencia real la información de rankings que trasladan a la opinión pública determinados medios de comunicación? ¿Es factor de peso el carácter de seguridad ( o su contrario) que ofrezca la ciudad donde está instalado un centro universitario? ¿Influye en un grado determinante en la elección de universidad el factor facilidad/dificultad, exigencia/posición laxa para obtener el título? ¿Tiene una influencia real la calidad conocida y reconocida de los profesores que conforman el claustro de esa universidad o de otra? ¿Qué peso tiene la imagen de seriedad que encuentra en la sociedad una institución universitaria? ¿Es o no influyente que sea una universidad muy selectiva por tener coste de matrícula muy elevado, y en algún sentido represente un signo de distinción social más que académica? ¿Es decisoria la idea de universidad de calidad que traslada al ciudadano una universidad? ¿Es para ciertos sectores sociales muy importante que exista o se convierta en una universidad fácil, coladera de estudiantes mediocres que carecerían de oportunidades de éxito académico en otra universidad más exigente? ¿Es una universidad que recoge alumnos que no caben o no pueden entrar en una universidad pública con límite de alumnos?.¿Tiene en realidad un papel decisivo la propaganda y el marketing que algunas universidades vienen ofreciendo al hipotético mercado de estudiantes?

Es muy probable que pudiéramos rellenar varias páginas cargadas de preguntas parecidas a las que nos acabamos de referir, y es seguro que no encontraríamos una respuesta o razón única o excluyente en la mayoría de los casos, para explicar una decisión adoptada por un estudiante y sus padres en el inicio de sus estudios de educación superior. Lo que es seguro es que existen variables diferentes, y cada situación al final es singular, tanto como sus agentes y circunstancias de entorno. Y también es evidente que los estudiantes van encontrando sus reajustes y motivos, una vez realizada la inscripción, la matrícula en el primer año de carrera.

Pero es muy cierto que el boca a boca funciona, que el prestigio de una universidad lo dan sus profesores y la capacidad de incidir en términos comparativos, de competir en el escenario nacional o internacional, por razones a su vez muy diversas: calidad de instalaciones, tradición, reconocimiento investigador, trato tutorial adecuado a los estudiantes, éxito de sus diplomas en el mercado de las profesiones.

En fin, la elección de universidad es un reto permanente para los ciudadanos, y el ofrecer una imagen sólida y sanamente competitiva para los administradores universitarios y sus profesores aun mucho más.