Aprender y enseñar en la era digital
Valoración pedagógica del Mobile Learning
Si
en general hay que aceptar que no existen criterios absolutos para
una correcta evaluación del aprendizaje, la evaluación del
aprendizaje móvil se torna en una difícil tarea. Para nosotros, la
plusvalía del aprendizaje móvil, reside en su alto nivel de
movilidad e integración y porque, como afirman Vázquez y Sevillano
"propicia que el estudiante progrese de forma autónoma, con una
participación más activa y con menor esfuerzo intelectual que en un
entorno de aprendizaje tradicional". Aparte de eso, es más
accesible a innovaciones de diverso tipo, especialmente al
aprendizaje basado en la investigación.
La característica más
significativa de los dispositivos móviles es la posibilidad que nos
ofrecen de potenciar la interacción entre los participantes de los
procesos de enseñar y aprender, es decir, la tecnología puede
colaborar para potenciar el intercambio de información y el
aprendizaje colaborativo entre los participantes en la acción
formativa. Una evaluación de los mismos debe calibrar este factor
como primordial.
Pues aunque el dispositivo móvil
sea simplemente un componente activo dentro del acto formativo,
cuyas peculiaridades físicas, técnicas y funcionales nos permitan
valorar determinados tipos de acciones, sus características de
usabilidad, accesibilidad y disponibilidad influirán sobre los
diferentes usos que los estudiantes y profesores hagan de los
mismos.
A este respecto, una primera
observación debe hacer caer en la cuenta de que la mayoría de la
actividad de aprendizaje móvil sigue teniendo lugar en unos
dispositivos que no fueron diseñados pensando en aplicaciones
educativas. De ahí algunos problemas de usabilidad que se le
achacan. A pesar de eso, hay que aprovechar que su demostrada
facilidad de uso se convierta en la ocasión para innovar en el
ámbito educativo, ya que esta tecnología concreta amplía
enormemente las posibilidades educativas de los entornos virtuales
de aprendizaje convencionales.
Ya hace años se temía que la
educación móvil, a pesar de ser algo innovador, técnicamente
factible y pedagógicamente admitida, no pudiera extenderse con
carácter generalizado y con el necesario apoyo institucional en la
educación en un futuro próximo. Esto se debía, según él mismo, a
factores de tipo cultural de las escuelas, resistencias que
comentamos en el siguiente tema de este libro.
Siempre hemos mantenido que el
mejor método de enseñanza es el más variado, el que combina
estrategias y actividades de diverso tipo y origen, las cuales
pueden ser facilitadas tanto por los medios móviles, como por la
indagación, el debate o la colaboración. Y será novedoso que el
aprendizaje se entrelace con actividades de la vida cotidiana, como
la conversación, la lectura o ver la televisión, recreando tales
actividades con nuevos recursos y novedosos contextos.
Probablemente el conjunto de todo ello sea motivador para el
aprendizaje y, sin duda, serán una oportunidad para abrir las
enormes posibilidades de una educación protagonizada por los
propios alumnos.
El diseño de actividades con
dispositivos móviles debe partir de las estrategias educativas que
los docentes consideren pertinentes para que las tecnologías
ejerzan la mediación más innovadora para los resultados de
aprendizaje pretendidos. Porque creemos firmemente que el ML
aumenta la motivación del estudiante, favorece el aprendizaje
centrado en el alumno y en el contexto, permite el acceso a la
información cuando se necesita y donde es necesario, facilita la
comprensión de los conocimientos y sobre todo favorece la autonomía
del alumnado. Además, recientes estudios constatan que el ML logra
atraer a la enseñanza a alumnos desmotivados pero familiarizados
desde la niñez con las tecnologías, por lo que mantienen su interés
por el aprendizaje.
Florentino Blázquesz Entonado
Catedrático Emérito. Coordinador de la Universidad de Mayores de Extremadura Universidad de Extremadura