Opinião
Acciones afirmativas en la Universidad
La revista "Plurais.
Revista multidisciplinar da Universidade do Estado da Bahia-UNEB",
publica en uno de sus números del año 2010 un monográfico muy
sugerente que aborda el título "Universidade: açoes afirmativas e
inclusao social". Bajo esa cobertura ofrece al lector varios
trabajos científicos sobre diferentes cuestiones relacionadas con
el acceso y la presencia en la universidad y en la educación
superior de afrodescendientes y población negra, india, mestiza,
mulata y otras minorías étnicas. En especial se detiene en el
análisis de la población negra y sus éxitos (o fracasos) en el
ámbito de la educación superior brasileña, muy acorde en esta
ocasión con las condiciones demográficas particulares del Estado de
Bahía, y la ciudad de Salvador de Bahía.
Las reformas constitucionales de
principios del siglo XXI que se han producido en Brasil,
concretadas en programas de acción social y educativa de profundo
calado por medio de la actuación política de Lula y su gobierno,
han hecho posible una considerable mejora social y educativa en el
conjunto de la federación brasileña, beneficiando a millones de
personas de todas las edades y condición social. Es este un
reconocimiento obvio al gobierno que todo el mundo pone sobre la
mesa, sin discusión alguna. Es también una de las razones por las
que el expresidente Lula va a ir mereciendo continuos aplausos y
honores (por ejemplo, el Doctorado Honoris Causa por parte de la
Universidad de Salamanca, como hace poco ha aprobado su Claustro de
Doctores).
Una de las consecuencias visibles
de este gran proyecto socioeducativo renovador es la apreciación en
el seno de las universidades de propuestas inclusivas, y de apoyo a
las llamadas acciones afirmativas. De esa forma, se trata de apoyar
que algunos colectivos étnicos, secularmente excluidos de los
bienes de la educación superior, tengan mejores oportunidades para
lograr acceder y beneficiarse de lo que representan los saberes y
las ciencias en la universidad. Nos parece un ejemplo decidido, y
muy representativo.
Sin duda que es una expresión de la
búsqueda de sentido contrahegemónico de las universidades. Es
decir, frente a las pautas y prácticas elitistas, dominantes y
hegemónicas que se han observado en las universidades a lo largo de
toda su historia, hasta nuestros días, y en todos los países del
mundo, ahora en algunas universidades de Brasil se apuesta por otro
modelo de universidad, aunque sea a contracorriente. Estas acciones
afirmativas reflejan las ausencias y negligencias sufridas por
amplios sectores sociales, y en concreto determinados grupos
étnicos y colectivos con identidad suficiente. Es una manera
diferente de compensar desigualdades, concediendo oportunidades en
las universidades a quienes tengan condiciones suficientes, y estén
en su derecho. Ya no cabe la exclusión sin más por razones de raza,
de origen social, procedencia religiosa y otros.
Es evidente que este gran proyecto
de acciones afirmativas en la universidad choca de plano con la
tendencia hoy dominante en el mundo. Las universidades consideradas
como punteras (ante todo en la producción científica aplicada, y
según los mismos baremos que ellas deciden establecer como canon
mundial de evaluación), no destacan por la docencia de cada día,
por la formación de sus alumnos, y sí por los avances que logran
sus equipos de investigación en biomedicina, química, aplicaciones
tecnológicas, lo que les permite lograr reconocimientos tan
destacados como los premios Nobel. Recordemos que estos premios
sólo se conceden para algunas disciplinas, o campos del saber, pero
no para otros (por ejemplo, en Pedagogía o Psicología, por poner un
par de ejemplos, nunca podremos lograr un premio de esta clase,
simplemente porque no se otorgan).
Pero esas llamadas universidades
punteras tampoco destacan por atender a conciencia otros programas
de atención social, o formas de ayuda y selección de sus
estudiantes e investigadores del tipo que hoy comentamos, al
referirnos a esas acciones afirmativas de las universidades
brasileñas, al menos de algunas de ellas.
Conviene llamar la atención de
quien corresponda sobre el sentido no elitista y selectivo que debe
caracterizar la educación superior de nuestro tiempo. Misión de la
universidad es difundir conocimiento y saber a la sociedad, además
de formar profesionales y crear novedades científicas. De lo
contrario volveremos a regresar a un modelo ultraselectivo y
elitista de universidad del que pensábamos que ya casi no existía.
Pero no es así, más bien al contrario, en este pulso de reacción
tecnocrática y neocapitalista que recorre como un fantasma todo el
mundo, toda Europa, buscando la desactivación y destrucción de todo
aquello que suene a proximidad, igualdad, derechos del hombre,
espacios de libertad.
Frente a este reino de intereses terriblemente injustos que han
organizado los banqueros y el capital, proyectos universitarios de
acciones afirmativas como los de Brasil representan un aliento de
esperanza, por pequeño que sea. Otra universidad sigue siendo
posible, para cada etapa histórica, cada país, cada sector social.
Y ello nos ayuda a sentirnos más convencidos del significado
constructivo de esas iniciativas de orientación afirmativa y
democrática, y de una universidad próxima a la sociedad a la que se
debe.
José Maria Hernandez Diaz