La sorprendente emergencia de los diminutos utensilios que impregnan la vida diaria de nuestros jóvenes, facilitando un acceso incomparable a la comunicación y a la información está provocando condiciones nuevas en el mundo de la educación tanto para los docentes como para los propios estudiantes, los cuales no pueden vivir sin ellos. Mientras tanto, la escuela se lo piensa, aunque existen cada vez más experiencias interesantes con ellos.

El ML podría convertirse en uno de los motores que cambie el modo en que el aprendizaje es practicado en las escuelas, dada su enorme usabilidad, el acceso universal y todas las demás ventajas que hemos comentado en colaboraciones anteriores.

Los medios a nuestro alcance pueden ser utilizados para diseñar e iniciar experiencias de aprendizaje independientes o en colaboración con colegas, mejorando con ello la interacción profesor-alumno, permitiendo el intercambio de datos, creando nuevas formas de interacción, facilitando la creación de comunidades de aprendizaje, etc…

El docente innovador será el que realice la transformación de los recursos y espacios en los que se ha desarrollado hasta ahora la educación convirtiéndola en más creativa y participativa. Queda, no obstante, trabajo por hacer desde el punto de vista de la formación del profesorado, quien ha de ver que los teléfonos inteligentes no valen tanto para memorizar, sino para adquirir información, desarrollar proyectos, resolver problemas, etc. Todo lo cual es más importante que las tecnologías en sí.

Y para que el ML sea una realidad cotidiana no es necesario tener que adaptar los contenidos a los dispositivos móviles, sino que basta incluirlos en los momentos de la tarea escolar en los que su función sea adecuada para los fines que el docente haya previsto. En unas ocasiones serán estos dispositivos y en otras será un libro, una salida al campo, y en otras ocasiones puede ser un vídeo, una explicación suya o un experimento de laboratorio. Lo interesante será aprovechar las ventajas y el atractivo de estos nuevos dispositivos electrónicos, cada vez más accesibles, interactivos y amigables, con los cuales es muy fácil y oportuno crear ambientes innovadores y colaborativos.

El tiempo marcará el futuro del mobile learning, un aprendizaje que estamos seguros ha venido para quedarse. Lo que habrá que abordar es la deseada ruptura de las fronteras espacio-temporales de la enseñanza tradicional y aplicar las metodologías innovadoras que funcionen a través de estos nuevos soportes.

Para que los dispositivos móviles se conviertan en instrumentos innovadores para la educación, al igual que para todo otro tipo de medios que lo pretenda, es necesario continuar impulsando líneas de investigación que exploren las posibilidades de aplicación a través de proyectos-piloto basados en la utilización selectiva de estos dispositivos en distintas condiciones y disciplinas y, a partir de ahí, definir qué y cómo debe aprenderse mediante los dispositivos móviles en función de perfiles de usuarios y de las necesidades de cada contexto.

Sin llegar a sostener que el también denominado "aprendizaje ubicuo" representa un nuevo paradigma educativo, es verdad que este tipo de aprendizaje está demostrando ser un terreno fértil para la innovación, pues gracias a los nuevos medios digitales tenemos los educadores entre las manos unas posibilidades hasta hace poco inalcanzables para innovar y cambiar la educación.