Los Programas Universitarios para Personas Mayores
Aprender y enseñar en la Era digital
En esta nueva serie de aportaciones intentaremos
caracterizar la denominada "Era digital", exponiendo sus
características y valorando la importancia de las nuevas formas de
aprender y enseñar en medio de ella.
Las tecnologías que han hecho entrar a la humanidad en la era de la
comunicación universal están permitiendo que la información más
precisa y más actual se pueda poner a disposición de cualquier
persona en la superficie de todo el planeta. A la vez, una de las
características más potentes de las nuevas tecnologías respecto de
su capacidad educativa, que es la "interactividad", permite ya no
sólo emitir y recibir información sino también dialogar, conversar
y transmitir información y conocimientos sin límite de distancia ni
de tiempo.
Estas profundas transformaciones han sido y están siendo tan
profundas que están logrando cambios de orden económico, político,
social y cultural de una enorme envergadura.
No sólo en los últimos años, sino en los últimos siglos, la
transmisión de conocimientos ha usado como elemento primordial,
además de la palabra del profesor, la información escrita. La
imprenta contribuyó en su tiempo a una nueva y total revolución en
la difusión del conocimiento y de las ideas y, por tanto, en la
evolución de la política, la economía y de todos los aspectos de la
sociedad. Ahora esta difusión se realiza, cada vez con mayor
intensidad, a través de nuevos instrumentos dotados de cierto
carácter de inmaterialidad, instantaneidad, innovación y elevados
parámetros de calidad de imagen y sonido, que los hacen
irremediablemente atractivos a la ciudadanía de una y otras
edades.
Bien, pues estos medios están amenazando significativamente la
persistencia de algunos de los ejes que caracterizaban al sistema
de transmisión cultural dominante en nuestra sociedad por medio de
la escuela. Una cultura tradicionalmente organizada en torno a la
letra impresa, al texto, al libro y a la palabra del
profesor.
Mas, como todos observamos, las aulas, los libros de texto y las
metodologías tradicionales están sintiendo cada vez más sus
limitadas e ineficaces estrategias, pues para ser activos en el
nuevo espacio social se requieren nuevos conocimientos y destrezas.
Para esto hay que replantearse en profundidad la organización de
las actividades educativas convencionales, ajustándolas al nuevo
espacio digital en el que ya nos desenvolvemos.
La realidad, sin embargo, es que los sistemas educativos actuales,
en su generalidad, responden a una realidad, a un escenario social
y cultural muy diferente del que hoy existe. Hasta el punto de
justificar lo que muchos calificamos como un cambio de época, en la
que todos los analistas están de acuerdo. Y las escuelas no pueden
continuar al margen de tal acontecimiento.
Efectivamente la digitalización permite hoy múltiples estrategias
más específicas de pensar, de hacer y de comportarse a partir de
formas de expresión que se han convertido en hegemónicas. Para ello
no hay más que observar como muchos de nuestros estudiantes
conforman redes más allá de los muros de sus aulas, formando
comunidades en torno a sus aficiones y sus valores.
Se necesita, por tanto, una reorientación profunda de estos
sistemas que difícilmente puede limitarse a hacer cambios en
algunos de sus ingredientes. De todos estos temas trataremos en las
próximas entregas a esta revista.
Florentino Blázquez Entonado
Profesor Emérito. Coordinador del Programa de Mayores de la Universidad de Extremadura