El denominado aprendizaje ubicuo y móvil del que venimos tratando en nuestras últimas colaboraciones se ha descrito en algunos casos con la simpleza de que es el aprendizaje que ocurre cuando el alumno decide aprovechar las oportunidades de aprendizaje que ofrecen las tecnologías móviles.

Precisamente, lo importante para este aprendizaje es la movilidad que permite a estudiantes y profesores para que sean capaces de participar en las actividades educativas sin las limitaciones de tener que hacerlo en un lugar físico determinado de antemano, pues el aprendizaje puede ocurrir allí donde surja la oportunidad. Esta movilidad la permiten, por otra parte, unos dispositivos pequeños y ligeros que pueden ser llevados de un lado para otro con toda facilidad pudiendo ser utilizados para enseñar y aprender individual o colaborativamente, de forma alternativa a la enseñanza convencional. En este marco de aprendizaje se conjugan las tecnologías ubicuas de mano junto con las redes de aparatos inalámbricos y móviles, para facilitar, apoyar, mejorar y ampliar el alcance de la enseñanza y el aprendizaje.

Desde aquí queremos señalar que el aprendizaje móvil es un paradigma emergente en el actual marco de intenso desarrollo y confluencia de tecnologías que posibilitan, por un lado, procesar una cantidad enorme de información en corto espacio de tiempo y, por otro, que agilizan sistemas de comunicación interactiva con enorme facilidad para dialogar, discutir, visionar imágenes o secuencias, compartir datos en el trabajo colaborativo, etc. Esta conjunción de elementos propicia un conjunto de propiedades favorables para el aprendizaje, como es la fácil accesibilidad, pues los usuarios, sean alumnos o sean profesores, tienen acceso a los recursos formativos desde cualquier lugar y en todo momento; la inmediatez por la que los protagonistas pueden acceder y recabar toda la información de modo inmediato. La posibilidad para los usuarios de conservar la información y el trabajo realizado de modo automático y la que consideramos más rica, desde el punto de vista didáctico es que los estudiantes puedan interactuar con expertos, profesores o compañeros

Se dice que el Mobile Learning es un aprendizaje anytime & anywhere y lo es, efectivamente, porque puede ser usado en cualquier momento y en cualquier lugar, así puede producirse en la escuela, en el bar, el autobús o en zonas no urbanas, sin el requisito de estar en un lugar particular ni a una hora dada para aprender.

Conviene hacer constar que esta herramienta de aprendizaje es solamente una opción más de la que dispone el profesorado en la enseñanza presencial para que los estudiantes consigan los mejores aprendizajes posibles, pero también que dicha herramienta, después de superar una fase incipiente y discutida de hace años, en la actualidad se encuentra en un proceso vertiginoso de expansión, contando con muchos docentes que experimentan y ensayan con este esperanzador apoyo a diversas situaciones docentes. Parece que está teniendo una visibilidad mayor en la Educación Superior, pero ya se desarrolla igualmente en los niveles de Enseñanza Primaria y Secundaria, a pesar de ciertas reticencias constatadas hasta hace escaso tiempo.

En definitiva, las tecnologías móviles permiten a los estudiantes de todas las edades operar a través de diferentes contextos. Los alumnos pueden iniciar un tema de trabajo en clase, realizar a continuación una toma de datos en casa o al aire libre, elaborar un nuevo conocimiento con la ayuda del software y realizar un intercambio de conocimientos en el aula o en un entorno virtual. A partir de ahí, nos interesa sobre todo por las posibilidades de desarrollar fácilmente una enseñanza activa y participativa, con un papel más innovador de parte del profesorado que el antiguo y eterno de impartir contenidos. Su extensión permitirá avanzar más fácilmente hacia nuevos modelos de aprendizaje compartido, colaborativo y horizontal más que lo hacen los modelos de la marcada superioridad docente de la vieja escuela.