Opinião

Crónica
Cartas desde la ilusión

Juan A. Castro PosadaQuerido amigo:

Voy a continuar con mis ideas, pensamientos y reflexiones acerca de las dinámicas transición/cambio y necesidad/oportunidad, que comentaba en mi carta anterior, como sabes.

Hoy voy a referirme a una noticia de prensa que tiene que ver de lleno con la problemática de la que venimos hablando. Mi primera "tentación" fue transcribirte la noticia directamente en esta carta y dejar que tanto tu pensamiento como el mío fluyeran libremente. Pero he optado por tomar la noticia tal cual se ha producido y comentarla, para ofrecerte mi punto de vista (si quieres leerla tú, tal como la he leído yo, puedes acceder a esta página web: http://vozpopuli.com/actualidad/33705-las-matematicas-se-vuelven-un-juego-de-ninos-el-metodo-smartick-planta-cara-al-desastre-de-pisa).

Como puedes comprobar por el título del sitio, la intención, al menos en principio, es buena y correcta: "plantar cara al desastre de PISA".

Pero, a mi modo de entender, volvemos a plantear soluciones fútiles a problemas fundamentales, es decir, aquello que siempre se ha dicho en la sabiduría popular de nuestro país: "coger el rábano por las hojas".

En efecto, creo que es un error tratar de diseñar un instrumento educativo (llamado "Smartick") con el objetivo de "plantar cara al desastre de PISA". Pero, si lees un poco más del informe de prensa, nos encontramos con que este instrumento obedece a que "España necesita matemáticos". Pero, aunque el artículo no lo diga, la verdad es que, si vamos al caso, España no sólo necesita matemáticos y tecnólogos (como se recoge en el informe), sino que también necesita literatos, poetas, geógrafos, historiadores, bailarines, cineastas, deportistas, sanitarios (médicos, enfermeros, psicólogos y todo tipo de técnicos de la Sanidad), filósofos, educadores, dramaturgos, líderes, etc. ¿Qué quiero sugerir con todo esto? Simplemente, que, en realidad, lo que un país necesita (sea España o cualquier otro) son, en realidad, "personas con gran capacidad de generar pensamiento de alto nivel".

Si la educación no atiende a esa necesidad básica y general, lo que iremos proponiendo serán parches, ya que, tal como actualmente se contempla la aparición de un programa tecnológico para "producir matemáticos", en lo sucesivo pueden ir apareciendo programas específicos para "producir literatos", para "producir geógrafos", para "producir sanitarios", para "producir educadores", etc.

Por eso, desde mi punto de vista, lo que necesitamos con urgencia no es producir "capacidades específicas" de los diversos campos o ámbitos del conocimiento (matemáticos, tecnólogos, historiadores, sanitarios, etc.), sino "capacidades pensantes". Las personas que tienen capacidad de pensamiento de alto nivel responden al símil que yo recuerdo que alguno de mis profesores me propuso desde pequeño, en mis años de formación en la escuela primaria. El símil es el siguiente (supongo que lo tienes suficientemente conocido): "si a un buen escultor le das unas malas herramientas, siempre será capaz de sacar una buena escultura; pero, si a un mal escultor le pones en sus manos las mejores herramientas, nunca conseguirás que produzca una buena escultura". En otras palabras, el problema no radica en los instrumentos (programas tecnológicos espectaculares "de última generación"), sino en las "mentes pensantes" que los tienen que manejar.

Con esto no quiero decir que esté en contra de los nuevos avances y de las nuevas tecnologías, sino, más bien al contrario. Lo que sí me preocupa (y me ha preocupado siempre desde hace ya 30 años, y que escribí en un artículo sobre la necesidad de la informática en la escuela) es que creamos que tenemos la panacea por disponer de muy buenas herramientas tecnológicas creyendo que, así, el futuro y el rendimiento de nuestros alumnos está asegurado.

Es más, el artículo asegura dos cosas: primera, que el instrumento está elaborado por "matemáticos, ingenieros y economistas de INSEAD y la Universidad Autónoma de Madrid, y se ha basado en un proceso algorítmico que, en función de lo que haga el alumno en cada ejercicio, adapta el programa de enseñanza a su rendimiento". ¿No han participado pedagogos ni psicólogos, ni especialistas en los procesos de enseñanza/aprendizaje? Por otra parte, se habla de un proceso algorítmico que consigue adaptar el programa de enseñanza al rendimiento de los alumnos… esto me provoca cierta risa, porque he sido profesor de Psicometría y conozco las dificultades que la Teoría de Respuesta al Ítem está encontrando a la hora de conseguir algoritmos que adapten el programa de diagnóstico de las habilidades de los alumnos… parece ser que estos matemáticos, ingenieros y economistas de INSEAD y de la Universidad Autónoma de Madrid han sido capaces de superar esas dificultades reconocidas por la Teoría de Respuesta al Ítem.

La segunda afirmación es, a mi modo de ver, más "insidiosa": "Es una forma única y barata de personalizar la enseñanza del alumno, algo que un profesor no puede conseguir sin ayuda". El problema es doble: en primer lugar, "¿qué tipo de ayuda?", y, en segundo lugar, esta afirmación supone una bofetada a todas las leyes educativas que hemos "sufrido" en las que, desde finales de la década de los años 60 del siglo pasado, se viene insistiendo en que la enseñanza ha de ser personalizada… (entonces no había instrumentos de este tipo…).

Perdona que hoy me haya extendido más de lo habitual (aún me queda mucho por comentar, pero tengo que cortar). No obstante, no puedo terminar hoy sin exponerte uno de mis pensamientos "estrella" en relación con la educación: "Huyamos de las soluciones 'fáciles' y 'definitivas' (normalmente centradas en la percepción de los avances tecnológicos como solución final)". Estas soluciones tienden a situarse más en el polo de la transición/necesidad, que en el del cambio/oportunidad.

Hasta la próxima, como siempre, salud y felicidad.

 
 
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