Opinião

Cartas desde la ilusión

Juan A. Castro PosadaQuerido amigo:

Hoy continúo con mis reflexiones sobre la Evaluación para el Aprendizaje (EpA), tal como te indicaba en mi carta anterior.

En ella te hablé sobre la primera decisión (dónde se encuentran los alumnos en su proceso de aprendizaje); hoy me permitiré compartir contigo algunas ideas sobre la segunda de las decisiones, es decir, "dónde necesitan llegar" los alumnos en su proceso de aprendizaje bajo la atenta mirada de los profesores (la tercera decisión, o sea, "cómo llegar de la mejor manera posible", la dejamos para nuestra próxima comunicación).

Esta segunda decisión se centra, como puedes fácilmente suponer, en los objetivos y la planificación de las acciones para la consecución de esos objetivos en función de los recursos disponibles. No es difícil adivinar que en esta segunda decisión se encuentran los principios y las bases de la tercera decisión, acerca del "cómo".

Centrémonos, ahora, en la fijación de los objetivos y la planificación.

Hace ya cuatro meses, introducía yo en mi carta el término "coach", como sinónimo o término similar al de "tutor", "catalizador", etc. Hoy es el momento de volver sobre ese término de una manera más rotunda.

Como sabes, el coach es el guía, el entrenador, que, junto con su pupilo, trata de fijar los objetivos que llevarán al éxito en el empeño fijado. Este término proviene del ámbito deportivo, y se refiere a la persona que guía tanto a los deportistas, de manera individualizada, como al conjunto del equipo deportivo, de manera colectiva, hacia unos objetivos. Esos objetivos se negocian, se dialogan, se consensuan entre todos, de manera que todos queden implicados en el proceso que conduce al éxito. El coach es el experto que rige, o dirige, la fijación de los objetivos adecuados en función de la situación actual. La función del coach es, por tanto, dirigir, orientar, alertar sobre los posibles obstáculos, más que fijar él mismo los objetivos. Los objetivos quedan fijados por las propias personas interesadas. El coach sólo puede ayudar a que cada persona o equipo fije sus objetivos.

Sería muy interesante que esto se realizase en el ámbito educativo.

Ahora bien, fijar objetivos es el primer paso de la planificación. En este sentido, nuestro sistema educativo tiene que cambiar de "dirección", es decir, los profesores tienen que conseguir pasar de "dirigir" y planificar todas las actividades de los alumnos en las aulas, a hacer que sean los alumnos quienes dirijan y planifiquen todo lo necesario para conseguir el aprendizaje, proceso que se convertirá, de esta manera (y no de ninguna otra manera diferente) en un auténtico auto-aprendizaje y sentará las bases del auténtico emprendizaje (¿recuerdas que ya comentamos algo sobre el emprendizaje en alguna carta anterior?). Esto sólo se consigue cuando los profesores asuman su papel de "coach" y no de "sabio gurú" que tiene soluciones para todo, porque "sabe todo de todo" (supongo que recordarás que algo comentamos en este sentido en las cartas en las que te hablaba de nuestra comunidad de aprendizaje).

No sé si recordarás que hace ya más de un año (en concreto, en mi carta número 27), te conté la historia de "La mariposa azul". La enseñanza de esa historia es que, si los profesores deseamos ser auténticamente sabios, nuestra respuesta más contundente a los retos de nuestros alumnos es: "depende de ti", porque tu futuro y la construcción de tu conocimiento como alumno "está en tus manos".

Es una pena que aún haya muchos profesores (por no decir la mayoría) que no son capaces de caer en la cuenta de esta realidad. Si consiguiesen caer en la cuenta, poco a poco irían cambiando su actitud y ajustarían su actuación en el aula a las condiciones del siglo XXI en el que estamos viviendo, abandonando prácticas ancestrales que no llevan a conseguir los resultados que cada uno de los alumnos se merece. Ahora bien, no olvides que, para conseguir esto, es necesario hacerse un poco más "aventurero" y aceptar los riesgos que entraña la renuncia a la seguridad tan fuerte que estamos buscando actualmente y, en consecuencia, la aceptación de la incertidumbre; sólo así podremos desarrollar la creatividad y el emprendizaje, y conectarnos a las exigencias de futuro que vivirán nuestros alumnos.

No tengo ya más espacio. Continuaremos el próximo mes.

Hasta entonces, como siempre, salud y felicidad.

 
 
Edição Digital - (Clicar e ler)
 
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