Opinião

CRÓNICA SALAMANCA
Alumni

Hernandez DiazEn las universidades anglosajonas, mucho más que en las de origen latino, hace ya varias décadas, y en algunos casos siglos, se crearon y han seguido funcionando asociaciones de Antiguos Alumnos de una determinada universidad. El antiguo alumno se asocia de forma voluntaria cuando finaliza sus estudios, o al cabo de algún tiempo, cuando lo cree conveniente.

Esas asociaciones, que podemos denominar con el genérico ALUMNI, vienen desempeñando tareas muy creativas y sugerentes con sus socios, los Antiguos Alumnos, para prestarles servicios culturales, formativos, laborales, noticias relacionadas con la ciencia y la educación superior, y al fin, y sobre todo, fomentar iniciativas que buscan mantener abierto el flujo alimenticio del afecto con su universidad de origen.

Con la pertenencia a esa asociación de antiguos alumnos, se trata de no romper de manera definitiva el cordón umbilical que une a cada alumno con su universidad. Se busca la lógica del afecto y la búsqueda indirecta del compromiso con la institución formativa que durante algunos años le ofreció la oportunidad de obtener un título profesional, una capacitación científica, y también una manera de comprender el mundo y la sociedad donde se inserta.

Una asociación concreta de ALUMNI, como una de las muchas que funcionan en nuestras universidades, tiene sentido y éxito en la medida que ofrece oportunidades y servicios a sus componentes, los estudiantes egresados, sobre todo en los años inmediatos a la finalización de los estudios y de su desvinculación física de la universidad.

Pero mucho más allá de esa función inmediata y pragmática, necesaria sin duda para muchos de sus miembros, ALUMNI debe cumplir, y lo va haciendo, una tarea de calado continuo entre sus miembros ya consolidados en diferentes puestos de trabajo a lo largo y ancho del mundo. Es la función de cultivar a quienes son los mejores embajadores de la universidad por mucho tiempo, quienes en el boca a boca diario defienden y difunden la identidad de la universidad a la que pertenecieron (y continúan así formando parte de ella).

El desempeño de la función social y económica del mecenazgo hasta ahora no ha estado muy arraigada en los modelos universitarios donde se ha malentendido que las administraciones del Estado (central, autonómico, municipal) son las únicas y exclusivas responsables finales de la financiación y la correcta gestión de las universidades públicas. Así ha sucedido en gran medida en los modelos universitarios latinos, de mayor influencia francesa en sus tradiciones organizativas y de financiación.

Sin embargo, el mecenazgo universitario cada día crece en aceptación entre nosotros, y se erige en una forma de construir ciudadanía, ciencia, cultura y servicios complementarios en beneficio del conjunto de la sociedad, con independencia de algunos posibles beneficios fiscales para sus practicantes y beneficiarios, también legítimos.

Sin duda, las asociaciones ALUMNI se han convertido en el principal venero de donde emerge esta práctica social, económica y de política científica que representa el mecenazgo universitario, de clara ascendencia anglosajona, y que debe consolidarse aún más entre nosotros.

Pero ante todo, las asociaciones de antiguos alumnos, ALUMNI, son el signo visible del afecto creado y mantenido con el regazo del Alma Mater, la garantía de que el cordón umbilical universitario nunca debe romperse. Este tipo de prácticas sociales y universitarias son las que hacen dia a día más fuerte a una universidad, y mucho más cohesionada y culta a una sociedad.

Por ello nos satisface mucho comprobar que en varias universidades españolas se ha impulsado a fondo el crecimiento de estas asociaciones ALUMNI. Por ejemplo, solo en los últimos dos años, la Universidad de Salamanca ha pasado en su asociación ALUMNI, de contar con 3000 antiguos alumnos asociados a los más de 15.000 que computa en estos momentos. Desde luego que no solo se trata de magnificar las cantidades y números, y ser complacientes, sino de analizar los servicios prestados y resultados inmediatos, y sobre todo pensar los beneficios indirectos a medio y largo plazo, tales como captación de estudiantes, mejora de imagen social, logros de mecenazgos, oferta de becas de formación e investigación, y otros.

Salud y larga vida a ALUMNI.

 
 
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