CRÓNICA SALAMANCA
Alumni
En
las universidades anglosajonas, mucho más que en las de origen
latino, hace ya varias décadas, y en algunos casos siglos, se
crearon y han seguido funcionando asociaciones de Antiguos Alumnos
de una determinada universidad. El antiguo alumno se asocia de
forma voluntaria cuando finaliza sus estudios, o al cabo de algún
tiempo, cuando lo cree conveniente.
Esas asociaciones, que podemos
denominar con el genérico ALUMNI, vienen desempeñando tareas muy
creativas y sugerentes con sus socios, los Antiguos Alumnos, para
prestarles servicios culturales, formativos, laborales, noticias
relacionadas con la ciencia y la educación superior, y al fin, y
sobre todo, fomentar iniciativas que buscan mantener abierto el
flujo alimenticio del afecto con su universidad de origen.
Con la pertenencia a esa asociación
de antiguos alumnos, se trata de no romper de manera definitiva el
cordón umbilical que une a cada alumno con su universidad. Se busca
la lógica del afecto y la búsqueda indirecta del compromiso con la
institución formativa que durante algunos años le ofreció la
oportunidad de obtener un título profesional, una capacitación
científica, y también una manera de comprender el mundo y la
sociedad donde se inserta.
Una asociación concreta de ALUMNI,
como una de las muchas que funcionan en nuestras universidades,
tiene sentido y éxito en la medida que ofrece oportunidades y
servicios a sus componentes, los estudiantes egresados, sobre todo
en los años inmediatos a la finalización de los estudios y de su
desvinculación física de la universidad.
Pero mucho más allá de esa función
inmediata y pragmática, necesaria sin duda para muchos de sus
miembros, ALUMNI debe cumplir, y lo va haciendo, una tarea de
calado continuo entre sus miembros ya consolidados en diferentes
puestos de trabajo a lo largo y ancho del mundo. Es la función de
cultivar a quienes son los mejores embajadores de la universidad
por mucho tiempo, quienes en el boca a boca diario defienden y
difunden la identidad de la universidad a la que pertenecieron (y
continúan así formando parte de ella).
El desempeño de la función social y
económica del mecenazgo hasta ahora no ha estado muy arraigada en
los modelos universitarios donde se ha malentendido que las
administraciones del Estado (central, autonómico, municipal) son
las únicas y exclusivas responsables finales de la financiación y
la correcta gestión de las universidades públicas. Así ha sucedido
en gran medida en los modelos universitarios latinos, de mayor
influencia francesa en sus tradiciones organizativas y de
financiación.
Sin embargo, el mecenazgo
universitario cada día crece en aceptación entre nosotros, y se
erige en una forma de construir ciudadanía, ciencia, cultura y
servicios complementarios en beneficio del conjunto de la sociedad,
con independencia de algunos posibles beneficios fiscales para sus
practicantes y beneficiarios, también legítimos.
Sin duda, las asociaciones ALUMNI se
han convertido en el principal venero de donde emerge esta práctica
social, económica y de política científica que representa el
mecenazgo universitario, de clara ascendencia anglosajona, y que
debe consolidarse aún más entre nosotros.
Pero ante todo, las asociaciones de
antiguos alumnos, ALUMNI, son el signo visible del afecto creado y
mantenido con el regazo del Alma Mater, la garantía de que el
cordón umbilical universitario nunca debe romperse. Este tipo de
prácticas sociales y universitarias son las que hacen dia a día más
fuerte a una universidad, y mucho más cohesionada y culta a una
sociedad.
Por ello nos satisface mucho
comprobar que en varias universidades españolas se ha impulsado a
fondo el crecimiento de estas asociaciones ALUMNI. Por ejemplo,
solo en los últimos dos años, la Universidad de Salamanca ha pasado
en su asociación ALUMNI, de contar con 3000 antiguos alumnos
asociados a los más de 15.000 que computa en estos momentos. Desde
luego que no solo se trata de magnificar las cantidades y números,
y ser complacientes, sino de analizar los servicios prestados y
resultados inmediatos, y sobre todo pensar los beneficios
indirectos a medio y largo plazo, tales como captación de
estudiantes, mejora de imagen social, logros de mecenazgos, oferta
de becas de formación e investigación, y otros.
Salud y larga vida a ALUMNI.