Opinião

Crónica Salamanca
Universidad pública y territorio

Hernandez DiazDos actividades científicas recientes en las que he participado, ambas relacionadas con la universidad pública y el entorno o el territorio de referencia próximo, me invitan a reflexionar sobre esta cuestión tan debatida con frecuencia, y nunca resuelta del todo. La pregunta es aún más concreta, se dirige a valorar el impacto social y económico que ejerce la universidad sobre la ciudad donde se instala un centro universitario. No nos referimos a una propuesta de universidad privada, en la que ya sabemos que priman los intereses mercantiles y gananciales sobre todos los demás, exceptuando aquéllas que siendo particulares se sostengan por razones sociales o confesionales.

Pero el debate aludido se situaba en torno a las universidades públicas financiadas por todos los ciudadanos. Y nos referimos primero a una mesa redonda celebrada en el Casino de Salamanca, en la que participaban personalidades tan cualificadas como rector, exdirector generales de universidades, exdiputado y exalcalde, catedráticos, empresarios exitosos. Las ideas defendidas eran casi siempre antagónicas, y no vale la pena resumirlas, más allá de lo que en este tema nos atrae. Hubo quien proponía la práctica desaparición de las universidades públicas porque no pintaban ni aportaban nada al entorno social, empresarial, ni apenas a la formación cultural de los jóvenes. Otros, es obvio, defendían otras propuestas muy distintas.

Pero quedaba flotando la idea, cada vez más sugerente, de que la universidad en el siglo XXI tiene que añadir a sus misiones clásicas (docente, investigadora y difusora de cultura) la de impulsar el desarrollo social, económico, tecnológico, incluso industrial, del entorno próximo donde se ubica. Ello es así porque una universidad genera demanda de servicios diversos, atrae y fija población cualificada, promueve la creación de parques científicos (apoyo a iniciativas punteras de estudiantes ya profesionalizados y emprendedores, nidos e incubadoras de iniciativas y proyectos empresariales), genera consumo de todas clases, facilita la creación de un clima cultural más elevado y diversificado. Ello se produce así, con el añadido de desarrollar las tareas asignadas de su competencia: formar profesionales del más alto nivel, investigar y producir conocimiento, difundir la cultura generada o inducida en el seno de la institución en todas sus manifestaciones.

La otra oportunidad de reflexionar sobre el mismo tema, "Universidad y territorio", se produjo en el seno del Seminario Helmantica Paideia, organizado en la Facultad de Educación por el GIR "Memoria y proyecto de la educación", donde intervino la profesora Margarita Heinzen, de la Universidad de la República de Uruguay, especialista justamente en este asunto. El modelo histórico de Uruguay en materia universitaria ha sido central, es decir, una única universidad pública para un país pequeño, pero en el que se advierten desigualdades enormes de acceso de los jóvenes a la educación superior, dependiendo de la proximidad a su capital, Montevideo, donde se asienta la Universidad de la República.

En el curso de la sesión del seminario se explicó con lucidez los límites de ese modelo de organización universitaria, así como los cambios introducidos desde hace muy pocos años, que tratan de conceder mayor protagonismo a las ciudades del interior del Uruguay, instalando en cuatro grandes polos de atracción sendos espacios de desarrollo universitario. De esa manera, dentro de un concepto multicampus de universidad, se proyecta mejorar y facilitar el acceso a la educación superior de muchos de los estudiantes del interior de la República del Uruguay, con recursos limitados para estudiar en la universidad, más aún si deben desplazarse.

Lo que se viene comprobando en los escasos años de implantación (no sin dificultades) de este modelo de expansión de la universidad pública en otros territorios del interior de la República del Uruguay es que mejora sustancialmente el porcentaje de los jóvenes que se encaminan a la universidad. Pero también, y no menos importante, es que dicho proceso ha impulsado a nuevas y numerosas inversiones empresariales a fijarse de manera permanente en los puntos físicos de instalación del centro universitario. Esa nueva estructura demográfica y económica viene suscitando nuevas y diferentes oportunidades de desarrollo social en varias ciudades y territorios del interior del Uruguay, como consecuencia directa de la implantación de distintos centros universitarios. La universidad así se erige en un valor añadido a su aportación natural, que sería la docencia y la investigación, cuando genera nuevas y diferentes formas de cultura, de consumo, de negocios, transporte y servicios en general.

Las relaciones entre universidad y territorio estuvieron siempre presentes, y a veces disputadas, en el mapa universitario español, por sus consecuencias administrativas, jurídicas, económicas, generalmente beneficiosas para las ciudades con sede universitaria. De ahí que una aspiración inaplazable para varias ciudades españolas, derivada de la transición democrática desde el franquismo, en los años 1970, fue la de conseguir que se instalaran en tales localidades nuevas universidades (o centros y campus universitarios), con la esperanza de impulsar el comercio, la vida social, cultural y económica de las mismas. Algo se consiguió, pero no de manera contundente y decisiva.

Y si volvemos nuestra reflexión hacia el caso de Portugal, algo semejante podemos pensar y evidenciar, cuando nos dirigimos hacia los Institutos Politécnicos creados a partir de 1979, especialmente los ubicados en la Raya Interior , considerando que bien pudieran haber sido un factor de desarrollo del territorio mucho más incisivo de lo que han alcanzado a ser al cabo de los años. Esto es algo que forma parte del debate vivo que se mantiene encendido en Portugal.

Tenemos, al fin, reflexiones comparadas suficientes como para pensar que el peso socioeconómico de una universidad no resulta fácilmente mensurable, y menos aún en magnitudes solo económicas, aunque nadie duda de su importancia e influencia. Aunque también es preciso subrayar que no es una relación mecánica la que deben mantener la universidad y el territorio, sino de búsqueda crítica, de apoyo mutuo, porque al fin la variable educativa viene condicionada por otros factores. Y al contrario también, los aspectos económicos y sociales de una comunidad o de un país tienen una estrecha relación con los de orden educativo. Y universitario en este caso.

El bien cultural y formativo que representa la universidad pública en su entorno, en su territorio de acogida e influencia, solamente es cuestionado por quienes proponen reflexiones cegadas por el interés en desacreditar la aportación que llevan a toda la sociedad en varios ámbitos, y los que buscan el modelo alternativo de negocio, y al fin un concepto elitista de universidad.

 
 
Edição Digital - (Clicar e ler)
Unesco.jpg LogoIPCB.png

logo_ipl.jpg

IPG_B.jpg logo_ipportalegre.jpg logo_ubi_vprincipal.jpg evora-final.jpg ipseutubal IPC-PRETO