El director de esta publicación en su Primeira coluna del número anterior mantenía, en un artículo titulado Quando o telefone não toca, que la nueva escuela se verá obligada a incorporar los dispositivos móviles en las nuevas tareas de aprender y enseñar. Y, a nuestro juicio, es una predicción que parece inevitable, porque los jóvenes usuarios de estas tecnologías viven tan estrechamente ligados a ellas que ya no es posible prescindir de su uso ni siquiera en sus aulas. Y probablemente con razón, porque no parece lógico que al salir de ellas el alumno pueda moverse en un contexto de aprendizaje mucho más atractivo que el que ha soportado en la escuela.
Constatamos todos que el presente, no solo de nuestros adolescentes y jóvenes sino también de nuestros adultos, está teniendo un fuerte componente digital desde hace tiempo, pero también es ya móvel, y cada vez con más fuerza. Y no solo la tecnología es móvil, ahora también el estudioso de cualquier edad lo es accediendo en cada momento y lugar a todo tipo de tecnología disponible para actuar, divertirse o aprender con ella. Por eso se ironiza desde hace tiempo con que cada uno puede llevar "una escuela en el bolsillo", pues es evidente que los dispositivos móviles facilitan la construcción del conocimiento, el intercambio de ideas, la resolución del problemas o el desarrollo de destrezas o habilidades.
Y aunque la tecnología móvil en las escuelas representaba hasta hace muy poco una simple distracción, diferentes instituciones académicas y empresariales están realizando multitud de experiencias con el objetivo de comprobar cómo puede desarrollarse el proceso de aprendizaje móvil a través de los teléfonos inteligentes.
Los teléfonos inteligentes han generado una comunicación tan multidireccional y polivalente que se habla de una nueva realidad en la comunicación, con insospechadas posibilidades para la educación. Los alumnos usan habitualmente estos equipos con una diversidad de opciones y suelen realizar actividades escolares aprovechando las ventajas y atractivo de estos nuevos dispositivos electrónicos, que cada día se fabrican más amigables y accesibles.
No obstante, la complejidad, variedad y dinamismo evolutivo de estos equipos dificulta el análisis sosegado de sus efectos educativos hasta ahora, a pesar de las experiencias que se están mutiplicando en la actualidad. Una de ellas es la conocida como mSchools, una iniciativa de educación móvil que integra las tecnologías móviles en el aula como instrumento de innovación educativa, partiendo del convencimiento, que compartimos, de que esta tecnología representa una gran oportunidad para crear nuevas fórmulas y métodos de aprendizaje. Intenta servir de ayuda a los estudiantes para desarrollar nuevas e importantes habilidades digitales y los prepara para la sociedad actual. En definitiva, como continuaremos viendo, el aprendizaje móvil ayudará a convertir a los estudiantes en auténticos emprendedores tecnológicos, introduciendo nuevas herramientas en las aulas y creando nuevas fórmulas para enseñar y aprender.