CRÓNICA
Cartas desde la ilusión
Querido
amigo:
Durante estos últimos meses hemos
reflexionado sobre los 10 principios que fundamentan y guían la
Evaluación para el Aprendizaje (EpA). A mi modo de ver, estos 10
principios encierran todo un programa de formación del profesorado
que debería llevar a una ejecución práctica de todos ellos. Sería,
en mi opinión, una buena manera de empezar a cambiar los sistemas
educativos desde la base, es decir, desde la actuación del
profesorado centrándose en el desarrollo de las competencias de
todos los alumnos, sin distinción alguna.
Pero sigo encontrando un problema
muy básico: la secuenciación.
Me explico.
En el ámbito educativo, los
profesores hemos adoptado la "cultura de la secuencia", es decir,
ahora se hace esto, después lo otro, a continuación otra cosa más,
y así sucesivamente. El resultado es que estamos atrapados en la
realización de una tarea o actividad tras otra como síntoma de
nuestra inseguridad, a la vez que escudo protector contra nuestras
dudas e incertidumbres. Y sigo pensando que, mientras los
educadores no seamos capaces de aceptar la incertidumbre y
asumirla, no seremos capaces de superarla.
En educación cometemos el error de
tener que estar todo organizado, hasta el detalle más pequeño, para
no perder el control de la situación en ningún momento. Pero la
vida no es así. Hemos hecho, en nuestros sistemas educativos, una
especie de "monstruo de la realidad". Vivimos "otra" realidad y
hacemos que nuestros alumnos vivan, asimismo, esa "otra" realidad.
Esto es lo que justifica, a mi modo de entender, el "abismo" entre
la realidad académica y la vida (abismo que, por otra parte, se
mantiene hasta en la misma Universidad, como reflejan las sucesivas
y repetidas quejas de los empresarios acerca de la inutilidad de la
formación del universitario como futuro profesional).
Mientras sigamos "atados" a la
secuenciación, nunca conseguiremos entender la educación como un
proceso sistémico. Es cierto que se debe proceder paso a paso, fase
a fase, pero también es cierto que el sistema educativo exige que
ese camino sea flexible, carente de las rigideces que nos
"protegen" de nuestras inseguridades. La acción educativa nunca
debería ser "lineal", sino "recursiva", en movimientos en forma de
"espiral" evolutiva, tal como reflejaba Jean Piaget en su
concepción del progreso evolutivo del sistema cognitivo de los
niños.
Creo que el sistema educativo
carece, en este sentido, de una mentalidad clara de lo que supone
el impacto de una actuación de la/del profesora/or. Y ten en cuenta
que digo, con toda intención, el término "actuación", porque, es mi
opinión, los profesores actuamos demasiado poco, mientras sí
seguimos nuestras rutinas (y las de nuestros alumnos, y tal vez,
por las presiones, las que exigen los padres de nuestros
estudiantes).
Lamentablemente, creo que los
profesores nos comportamos, en demasiadas ocasiones, con la
mentalidad del "libro de texto", sin asumir que, en realidad, todos
somos capaces de actuar con la mentalidad de "libres del
texto".
El mundo en que vivimos, y, por
tanto, la realidad que viven nuestros alumnos (y nosotros mismos)
no está escrita de manera definitiva, en forma de "libro de texto",
sino que, al contrario, es un libro "en blanco" que se va
escribiendo día a día, sin conocer qué sucederá mañana. El
resultado puede concretarse en una falta del sentido de la
realidad, aunque un fuerte anclaje en los "conocimientos"
académicos. Creo que la anécdota que te cuento a continuación
refleja, con alta aproximación, las consecuencias de la
secuenciación (seguridad, plenitud académica) que nos llevan a
perder de vista la realidad más elemental.
Sherlock Holmes y el Dr. Watson
se fueron de camping. Después de una buena cena y una botella de
vino se despidieron y se fueron a dormir. Horas más tarde, Holmes
se despierta y codea a su fiel amigo:
- Watson, mira el cielo y dime
qué ves...
Watson medita solo un instante
y contesta:
- Veo millones y millones de
estrellas...
- Y eso ¿qué te dice?
Watson reflexiona un par de
minutos y responde:
- Astronómicamente, me dice que
hay millones de galaxias y potencialmente billones de planetas...
Astrológicamente, veo que Saturno está en Leo. Cronológicamente,
deduzco que son aproximadamente las tres y diez... Teológicamente,
puedo ver que Dios es todopoderoso y que somos pequeños e
insignificantes... Meteorológicamente, intuyo que tendremos un
hermoso día mañana... Y a usted ¿qué le dice, Sherlock?
Holmes encendió su primer pipa
del día y respondió con calma:
- Watson, eres un pelotudo, ¡nos
han robado la carpa!