Opinião

Crónica
Cartas desde lá ilusion

Juan A. Castro PosadaQuerido amigo:
Seguimos con nuevas y buenas noticias, porque esto parece que va camino de hacerse más universal. Me refiero al cambio que, como te comenté en mi última carta, comienza a materializarse.
Yo sigo pensando que el centro y autor de este cambio tiene que ser, y seguir siendo, el profesor.
Digo esto porque, como siempre, estamos asistiendo a la aparición de nuevos "cantos de sirena" que parecen ofrecer la "solución universal" al problema de la educación, cuando todos sabemos que esa "solución universal no existe".
Uno de ellos viene firmado por alguien que parece o se quiere ofrecer como uno de los grandes pedagogos de nuestro país en la actualidad. Esta persona quiere ofrecer la solución de los problemas educativos centrándolos en el desarrollo de lo que él llama "el factor E", que no es otra cosa que el conjunto de las funciones ejecutivas, de cuya existencia y papel preponderante conocemos los que nos hemos acercado, entre otras cosas, al problema de la educación de los niños con trastorno de déficit de atención (con o sin hiperactividad), es decir, los llamados niños TDA/H.
Lo que no parece integrar en su planteamiento, este "pensador", es que las funciones ejecutivas necesitan ser activadas por alguien... parece como si, en el sentido más piagetiano, y en el parecer de este autor, estas funciones se ejercieran por sí mismas por el mero hecho de estar presentes en el sistema cognitivo de los niños.
Pero la realidad es muy distinta: las funciones ejecutivas se ponen en funcionamiento cuando existe un auténtico desafío, cuando el profesor es capaz de retar a los alumnos para que, activándolas, encuentren la solución a los problemas que les plantea o desarrollen las tareas que les encomienda. Evidentemente, son una competencia de los seres humanos, pero, como el resto de las competencias, necesita ser activada mediante planteamientos retadores (al menos así es como pienso yo, y no creo que sea el único que pienso así). Para mí, si no hay reto, si no hay desafío, no hay desarrollo, no hay progreso.
Por otra parte, asistimos a noticias como ésta: "El investigador norteamericano David C. Krakauer cree que la inteligencia es complicada y diversa, y hemos tendido a simplificarla demasiado". No deja de ser cómico que este "científico" nos descubra ahora algo que siempre hemos tenido claro en la ciencia psicológica: la inteligencia es un sistema, y, como tal, es compleja en su funcionamiento, lo que dificulta su comprensión y, por ende, su manejo. Ahora bien, el problema del rendimiento de la inteligencia no reside en su naturaleza, sino en la capacidad que tengamos de estimularla adecuadamente. ¡Éste es el gran reto! Por muy inteligentes que sean las personas, si no existe capacidad (¡donde sea!) para estimularla, la inteligencia se convierte, poco a poco, en un sistema (lo que es) inerte. Por tanto, ¡viva la inteligencia!, pero, sobre todo, ¡vivan los que saben estimularla de la manera más adecuada para su rendimiento eficiente!
Una vez más, éste es el reto de los educadores.
Seguiremos con estos asuntos.

Hasta la próxima, como siempre, ¡salud y felicidad!

 
 
Edição Digital - (Clicar e ler)
 
 
Unesco.jpg LogoIPCB.png

logo_ipl.jpg

IPG_B.jpg logo_ipportalegre.jpg logo_ubi_vprincipal.jpg evora-final.jpg ipseutubal IPC-PRETO