CRÓNICA
Cartas desde la ilusión
Querido
amigo:
Hace ya más de diez años que comenzamos a publicar nuestras
reflexiones sobre la ilusión que llevamos dentro de nosotros mismos
en relación con el problema de la educación. Como todo en la vida,
nuestra comunicación pública toca a su fin, aunque no así nuestro
régimen de reflexiones sobre la educación. Te digo esto porque ya
estoy jubilado de mi actividad profesional y, por tanto, considero
oportuno el cierre de nuestras comunicaciones o "cartas sobre la
ilusión" oficiales. Por supuesto que seguiremos en contacto de
manera personalizada, porque creo que el intercambio de ideas
siempre puede resultar positivo a pesar de que haya una menor
implicación en el terreno de la actividad educativa diaria.
Pero quiero que el cierre de este período siga siendo una apuesta
por lo que siempre consideré no sólo oportuno sino también
necesario (por no decir obligatorio) en el campo de la educación:
mi último mensaje quiero que sea un alegato a favor de la
creatividad en la educación. Tanto tú como yo sufrimos nuestro
proceso educativo personal como un reto a la "memorización" de los
"conocimientos" disponibles en nuestra época. Más aún (tenemos que
reconocerlo), comenzamos haciendo lo mismo con nuestros alumnos
porque era el bagage que habíamos adquirido en nuestra experiencia
educativa personal. Pero pronto caímos en la cuenta de que no era
ése el camino. Muchas veces hemos comentado la cantidad de tiempo
perdido en la educación como consecuencia de haber promovido la
memorización de los contenidos como camino único hacia el
éxito.
Por fortuna, ahora sabemos que no es ése, precisamente, el camino
del éxito porque, a la hora de la verdad, no promueve el auténtico
desarrollo de la persona no sólo desde el punto de vista cognitivo,
sino también desde el punto de vista emocional.
No quiero ser un "profeta del porvenir", pero sí me gustaría
cerrar este ciclo de cartas publicadas entre nosotros haciendo una
apuesta decidida y decisiva en favor de la creatividad: mi deseo es
que, para que la educación avance y dé una respuesta real y eficaz
en nuestra sociedad, todos los profesores hagan una apuesta por la
creatividad. Cada vez estoy más convencido (y creo que no soy el
único ni el último) de que las personas realmente inteligentes son
aquellas que se muestran capaces de dar respuestas realmente
eficaces y eficientes a los problemas que se les plantean.
Más aún, me atrevería a pedir que los procesos de selección del
profesorado se fundamentasen en la capacidad creativa de las
personas en lugar de su capacidad de memorización de los contenidos
que son obligados a retener para presentarse a las oposiciones como
educadores.
Como sabes, tanto la formación del profesorado como el desarrollo
de las competencias de los alumnos han sido dos de los ejes
fundamentales en mi pensamiento acerca del problema de la
educación. Por eso quiero cerrar estas comunicaciones entre
nosotros manteniendo siempre vivas estas dos "luces". Ojalá la
mayoría de los profesores (o todos) mantengan vivas estas dos
preocupaciones. Si esto fuera así, no cabe duda que la educación
como sistema comenzaría a encontrar grandes soluciones a sus
grandes problemas.
Una vez más, y para siempre, ¡salud y felicidad!