CRÓNICA
Cartas desde la ilusión
Querido
amigo:
Hoy te propongo una reflexión acerca del noveno principio de la
Evaluación para el Aprendizaje, que reza así: La Evaluación para el
Aprendizaje desarrolla la capacidad de los alumnos para su
auto-evaluación de tal manera que se pueden hacer reflexivos y
auto-gestores.
Pero, como te dije en mi anterior
comunicación, voy a dejar de lado el pesimismo y la queja, y voy a
tratar de situarme en la vertiente optimista.
Por eso quiero pensar que, en
adelante, los profesores comenzaremos a eliminar nuestra
desconfianza radical en nuestros alumnos convirtiéndola en
confianza en su capacidad para valorar su propio trabajo y, de este
modo, entrar en la dinámica de la auto-evaluación. No cabe duda de
que se trata de un proceso, no de algo que se implanta "de la noche
a la mañana". Como proceso, exige que mantengamos una expectativa
positiva a lo largo del tiempo, que no tengamos miedo a que
nuestros alumnos cometan errores, sino que vayan aprendiendo de
ellos poco a poco, y que ellos mismos vayan adquiriendo confianza
en su propia capacidad de valorar su propio trabajo y el de sus
colegas.
De hecho, uno de los caminos más
claros hacia la auto-evaluación es, en mi opinión, lo que se
entiende como "evaluación por pares" o "evaluación entre colegas".
En este proceso, dos alumnos se enfrentan a la tarea de valorar sus
trabajos, el propio de cada uno y el de su colega, discutiendo
acerca de la bondad del planteamiento, de la validez del proceso de
realización de la tarea y de la adecuación de los resultados
obtenidos.
Si comenzamos por aquí, estaremos
dando un vuelco eficaz a nuestro sistema educativo, y lo haremos de
una manera tranquila, callada, a la vez que experimentando y
controlando las variables que mediatizan la evaluación objetiva
entre los compañeros, en primer lugar, y la auto-evaluación,
asimismo objetiva, en segundo lugar.
Para conseguir esto contamos con un
instrumento que se utiliza mucho en los sistemas educativos de
influencia anglo-sajona, como son las "matrices de valoración" o
"rubrics", de las que hemos hablado anteriormente (al menos en tres
ocasiones).
Este proceso tiene que contribuir,
sin duda, a que nuestros alumnos vayan haciéndose, poco a poco,
independientes de nuestra actuación y vayan cambiando su
dependencia en relación con nuestras indicaciones e instrucciones
por la confianza en sus propios planteamientos de los problemas y
tareas y en sus propios avances de soluciones en cada caso.
Si conseguimos que, poco a poco,
nuestros alumnos ganen en independencia, de una manera muy discreta
estaremos sentando las bases para desarrollar su capacidad de
buscar y desarrollar nuevas habilidades y competencias, nuevos
conocimientos y nuevas perspectivas en la consideración de los
problemas y las tareas.
Esto les llevará, de una manera
casi insensible, a hacerse capaces de hacer su propia
autorreflexión y determinar los próximos pasos en su
aprendizaje.
El problema, radica, sin embargo,
en que los profesores abandonemos nuestra posición de "prepotencia
académica" y cedamos, paulatinamente, el terreno a la construcción,
por parte de nuestros alumnos, de sus propios objetivos,
procedimientos, estrategias y experiencias de aprendizaje. Nuestra
actuación pasaría a ser, entonces, de manera real, la propia de un
coach, manteniéndonos "al margen" de su actuación, pero, a la vez,
implicándonos en su guía (no en la realización de sus tareas o en
la solución de sus problemas), en la orientación de sus propias
reflexiones acerca de la experiencia obtenida en cada una de sus
propuestas y en cada uno de los procesos o pasos que les han
llevado a los resultados obtenidos, en el apoyo a su propia
planificación de la revisión del proceso de aprendizaje, etc.
Quiero pensar y quiero soñar que
esto sea una realidad en muy corto plazo de tiempo, y que, cada
vez, aparezcan menos actitudes defensivas por parte del
profesorado, escudándonos en la "incapacidad" de nuestros alumnos
para hacer nada si no hemos sido nosotros quienes hemos realizado
las tareas "por delante" o hemos solucionado los problemas "con
ejemplos".
Hasta la próxima, como siempre,
salud y felicidad.