Opinião

Crónica
Cartas desde la ilusión

Juan A. Castro PosadaQuerido amigo:

Hoy estamos de celebración, pues ésta que ahora te escribo es la carta número 50 de nuestra comunicación mensual (con algunas ausencias en algunos meses señalados). Esto quiere decir que ya hace más de 4 años que compartimos nuestras ideas, nuestras reflexiones y, sobre todo, nuestras ilusiones por conseguir una mejora de nuestro sistema educativo y una mayor colaboración de los padres con nosotros en nuestra labor diaria.

No obstante, voy a seguir contándote lo que tenía previsto en mi carta anterior, en relación con el taller que realizamos este mes con los padres de nuestros alumnos. Como te dije entonces, el taller giraba en torno a un pequeño documento que se titulaba "mi hijo y el periódico".

Ante todo, aquí tienes la historia, que en realidad son dos historias, como verás. He aquí la primera ficción:

"Por suerte cuando llegó a casa encontró ya a su padre. Muchos días a estas horas aún no había vuelto de trabajar. Estaba leyendo un periódico con mucha atención.

- ¡Mira papá! - exclamó desde la puerta mientras corría hacia él - la señorita me ha dicho que te lo enseñe.

- Muy bien, felicidades, así me gusta; espero que sigas así- contestó su padre con una sonrisa, después de echar una ojeada al trabajo y mientras que con una mano sujetaba el periódico cerrado pero manteniendo con el dedo la página que estaba leyendo.

Después de acariciarle el pelo, le animó a ir a merendar y a dejar la cartera a su cuarto. Por su parte él volvió a sumergirse en el periódico".

A continuación, te narro la segunda ficción:

"Por suerte cuando llegó a casa encontró ya a su padre. Muchos días a estas horas aún no había vuelto de trabajar. Estaba leyendo un periódico con mucha atención.

- ¡Mira papá! - exclamó desde la puerta mientras corría hacia él - la señorita me ha dicho que te lo enseñe.

- ¡Es un trabajo estupendo! -contestó su padre con una sonrisa mientras dejaba el periódico y observaba con atención el trabajo- hay diez problemas y todos te han salido bien, aunque veo que en éste y en éste tuviste que borrar.

- Sí, eran muy difíciles, pero los pensé más y a la tercera vez los tenía bien y la profe no me riñó cuando no lo sabía y me lo explicaba.

- Esto que me explicas sí que me da alegría -comentó su padre con cara de escuchar el detalle más importante de la historia-; aunque te salían algunos problemas mal no te has desanimado ni te has enfadado y te has seguido esforzando hasta que lo has conseguido. Estoy contento porque te has portado como un valiente. ¿Estás contento?

- Claro -contestó con una sonrisa que no podía ser más grande.

- Vamos a enseñárselo a mamá -propuso el padre- verás que contenta se pondrá.

Mientras tanto el periódico se quedó solo en un rincón del sofá".

A la vista de estas historias ficticias, yo me he hecho muchas preguntas, y también se las he transmitido a los padres que me las han escuchado en las conferencias a las que me han invitado. Pero, tal vez, la pregunta que más me preocupa es la siguiente: a la vista de estas dos actitudes de los papás (que están relatadas como ficción, pero tanto tú como yo sabemos que responden a la realidad en muchos o demasiados casos), ¿no se estará reflejando la diferencia entre lo que será un "aprendedor" y un "emprendedor" en el futuro?

Nuestra sociedad está en crisis, como sabemos. Es lamentable que todo gire en torno a la economía (es cierto que las cosas están muy mal y hay que hacer un esfuerzo por salir adelante). Pero sería muy lamentable que no se aprovechasen estos momentos de crisis para promover un cambio auténtico en la educación de nuestros futuros ciudadanos. Creo que sería muy importante que pusiéramos el énfasis y el acento en nuestros futuros "emprendedores" y que dejemos de lado la actitud de generar meros "aprendedores".

Espero que pronto comencemos a observar signos reales de cambio en este sentido. Creo que los profesores deberíamos aceptar el reto de cambiar nuestras actitudes hacia los alumnos y trabajar para que la mayoría de los padres desarrollen también las actitudes adecuadas que permitan a sus hijos convertirse en "emprendedores" del futuro en formación actual.

En mi próxima carta volveré sobre este tema, porque lo considero muy interesante e importante en la situación en que vivimos actualmente.

Como siempre, salud y felicidad.

 
 
Edição Digital - (Clicar e ler)
 
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