Crónica Salamanca
Loci et imagines. 800 años de patrimonio de la Universidad de Salamanca
La
Universidad de Salamanca va a cumplir en el año 2018 no sólo ocho u
ochenta años (fechas de creación y vida activa que acogen a la gran
mayoría de las universidades del mundo hoy vivas), sino 800 años,
ocho siglos, algo reservado a muy pocas (Bolonia, Paris, Oxford,
junto con Salamanca). La Universidad de Salamanca es creada a
principios del siglo XIII por el rey Alfonso IX, en una ciudad,
<<un lugar de buenos aires, abundante pan y vino y
condiciones para el estudio>>, que por entonces pertenecía al
reino de León, Este establecimiento docente, entonces denominado
ESTUDIO, sirvió con lealtad a la monarquía, a la iglesia, y a la
sociedad formando desde el inicio en le Edad Media a los mejores
juristas, médicos, teólogos, y años y siglos más tarde a
profesionales y científicos de todas clases. El prestigio que tuvo
durante siglos la Universidad de Salamanca, y que mantiene en
muchos de sus estudios, en docencia, investigación y proyección
cultural internacional es hoy algo incuestionable y reconocido.
Todas las instituciones, también las
educativas, y desde luego las universidades, al paso de años o
siglos, van dejando a los herederos y continuadores un legado de
vestigios materiales, artísticos, arquitectónicos, didácticos,
bibliotecas, hemerotecas, recursos de laboratorio o anatomía,
tapices, pinturas, esculturas, retablos, frescos murales que han
sido utilizados en un momento de su historia, por intereses o
razones científicas o didácticas, ornamentales o de representación
simbólica del poder. La universidad de Salamanca, en la medida que
fue una institución docente poderosa, fue generando una rica
herencia, un notable patrimonio material visible, además del más
invisible, diluido y no menos influyente patrimonio de la memoria
colectiva y la tradición oral. Y lo que es tan importante como lo
anterior, ha sabido conservarlo y enriucerlo hasta nuestros
días.
Considerando que la riqueza de este
patrimonio universitario salmantino debía difundirse al ciudadano,
a los miembros de la comunidad universitaria y al investigador, la
Universidad de Salamanca (y en particular la Oficina del VIII
Centenario dirigida por la mano sabia y el activo ingenio del
catedrático Manuel Carlos Palomeque) ha organizado una magnífica
exposición patrimonial en diferentes edificios históricos de
nuestra Universidad: Edificio de Escuelas Mayores, Edificio de
Escuelas Menores, el Cielo de Salamanca y Hospedería del Colegio
Mayor Fonseca, lugares que ya en sí mismos son un museo
difícilmente igualable. La muestra de los ricos elementos
patrimoniales y documentales de la Universidad de Salamanca
permanece abierta desde comienzos del mes de julio hasta mediados
del mes de diciembre.
"Loci et imagines. Lugares e
imágenes" es una perfecta expresión de la simbiosis del patrimonio
histórico educativo representado en edificios civiles
extraordinarios de la etapa renacentista de la Universidad de
Salamanca, pero también en instrumentales didácticos, en la belleza
de su biblioteca histórica (manuscritos, incunables, abundantes,
valiosísimos y curiosos impresos aparecidos y utilizados desde el
siglo XV hasta nuestro días), en las secuencias de pinturas de
todos y cada uno de los máximos exponentes de la monarquía
española, en la formidable colección de tapices de Flandes de los
siglos XVI-XVII, pero también de retablos, esculturas, riquísima
colección cartográfica relacionada con la conquista y la
colonización de América, colecciones de fotografía, documentos
diversos procedentes del archivo universitario más rico y mejor
organizado del mundo, diferentes materiales de uso litúrgico en la
capilla de San Jerónimo, valiosas litografías, planos y proyectos
de reforma espacial de la Universidad de Salamanca, y no seguimos
enumerando.
La muestra se cierra temporalmente
en los finales del siglo XIX, con buen criterio, porque la amplitud
y riqueza de elementos generados con posteridad por la vida
cotidiana, docente y científica de los universitarios salmantinos
son suficientes para otra exposición equivalente para la historia
del pasado próximo y el tiempo presente (léase rica hemeroteca,
nuevas colecciones, maquetas de escala de nuevos edificios para el
barrio universitario, materiales audiovisuales, colecciones
fotográficas, elementos de variados mecenazgos, y muchos más
recursos didácticos y artísticos).
Aunque los espacios, los lugares y
las imágenes que componen esta exposición sobre los vestigios del
patrimonio de la Universidad de Salamanca hablan por sí mismos, e
interpelan, emocionan y a veces subyugan al visitante, los
responsables del evento han elaborado y editado un magnífico
catálogo, generoso en páginas y elementos icónicos, que ayuda a
seguir bien el recorrido multilocalizado, y que con seguridad va a
permanecer como un elemento deseado de colección y de objeto de
estudio para los especialistas e interesados en el estudio de la
historia de la universidad y de la educación. Pero un ciudadano de
a pié con algunos elementos de cultura puede disfrutar igualmente
de esta joya bibliográfica y documental en que se convierte la
muestra. No sólo ha sido pensada esta exposición para
especialistas, sino para universitarios y ciudadanos en
general.
El patrimonio histórico educativo,
en cualquiera de sus expresiones, y ésta es desde luego una de las
más cualificadas que se pueda visitar, es una invitación al estudio
de sus ricos matices, al disfrute de su belleza, a valorar la
importancia social, científica y económica, y al peso que los
vestigios materiales del pasado educativo debe desempeñar en
sociedades como las nuestras, depositarias de notables patrimonios.
Salamanca y su universidad continúan siendo un reclamo y una visita
obligada para el ciudadano de nuestro tiempo, y en particular para
el especialista en historia de la universidad, de la educación y
del patrimonio histórico educativo.